martes, 14 de julio de 2009

Guatemala es mi nación. Parte 2 de 4.


El pasado debería ser aleccionador para cambiar el rumbo de Guatemala, de fondo poco ha cambiado. De forma hay adelantos, como ejemplo los beneficios del avance tecnológico, la presión global ha sido tan fuerte como incontenible, la Internet ha permitido traspasar los límites geográficos de la comunicación entre individuos tanto que muchos gobernantes desearían no permitirlo y tener el control, con la excusa de la seguridad nacional, así limitar la libertad individual, y no ser expuestos ante la opinión pública.

La historia ha sido contundente, la realidad testigo elocuente, el grado de libertad individual es garantía para que el individuo común y corriente tenga la oportunidad de desarrollarse y liberar sus habilidades como resultado de su personal interés, a través de su propio esfuerzo obtener su recompensa, recompensa que no podrá ser garantizada por nadie ni por los gobernantes. Libertad de la ingerencia de los gobernantes, o de la mayoría, sobre los derechos del individuo. Los derechos del individuo tienen la eminencia. El hombre libre es amenaza para el estatismo que es totalitarismo encubierto.

Algunos que se han rebelado al statu quo, otros han culpado al capitalismo de los males del país, abrazando la filosofía de lucha de clases, inflamando la lucha entre ricos y pobres, y los usan como argumento para manipular y beneficiarse personalmente en su lucha política para llegar al poder. La mentira su herramienta. Carecen de mente conceptual. El misticismo y altruismo su filosofía.

La historia moderna de la política guatemalteca también ha estado llena de incertidumbre y amargura. El objetivo del político guatemalteco, rara alguna excepción -la salvedad la hago por principio- es llegar al poder para beneficio personal, una vez en el poder el sistema legal –la impunidad- le permite un amplio rango de movilidad para controlar la vida de los ciudadanos. El poder es riqueza automática, miles de millones de Quetzales –moneda nacional- llegarán a los bolsillos del gobernante, congresistas, jueces, líderes militares, sindicalistas, y líderes de grupos de presión, hasta grupos criminales, todo esto le permitirá gobernar con tranquilidad, entre más reparte el beneficio de la corrupción menor resistencia tendrá. La única resistencia será de parte de la prensa independiente, grupos académicos, estudiantiles y profesionales.

Los gobernantes podrán manipular irracionalmente los factores económicos con la distorsión de la economía, que traerá crisis tras crisis, ciclos tras ciclos, al final tendrán a un culpable: el capitalismo; usarán arbitrariamente el presupuesto, dinero de los que pagan impuestos, sin rendir cuentas, este será el premio tan buscado a través de la actividad política, al final valdrá la pena perseverar a través de los años en la “lucha política” por los pobres. Las consecuencias de tal grado de irresponsabilidad son contadas por muertos por la inseguridad, pérdida de empleos, pérdida confianza en el país y su “sistema”, más miseria acumulada.

El nivel de corrupción es inmenso, expresidentes y exfuncionarios han sido acusados de robo de dinero público. Las evidencias son contundentes y esas evidencia son entregadas a los tribunales, algunos llegan a enfrentar juicios, jueces corruptos los protegen de llegar a la cárcel. Algunos de ellos han llegado a poner pie en alguna celda y salen libres en poco tiempo. En muchos casos evitarán acusar a exgobernante alguno pese a actos claros de corrupción en su mandato, será una especie de pacto que ellos recibirán el mismo trato del siguiente, una póliza de inmunidad.



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