¡Capitalismo en Crisis! Es uno de los titulares que a muchos “progresistas” les agrada leer, comentar, gritar a voz en cuello o tal vez soñar, cualquier comentario de sus economistas o políticos izquierdistas es “Santa Palabra”, recibida y aceptada sin ninguna posibilidad de reflexión, discusión o análisis racional, es fanatismo intelectual, anti-conceptual.
La realidad objetiva no puede ser ocultada, tal vez estirada, tal vez evadida y si fuera el caso la pregunta sería ¿por cuánto tiempo? Cuando era niño escuchaba aconsejar a la gente mayor “no hay que mentir, porque la mentira tarda hasta que la verdad sale a la luz, y las consecuencias son caras”, me tomó tiempo comprender su significado.
Los estatistas continuamente tratan de evadir la realidad, los gobernantes que son electos por algún periodo piensan en el corto plazo, los dictadores piensan en el largo plazo, ambos creen que sus actos no tienen consecuencias, al menos para ellos, de allí se deriva su irresponsabilidad para gobernar. Algunos de ellos son ignorantes, otros conocen las leyes económicas que rigen; igualmente si ambos las evaden esa realidad pasará factura, una vez más la pregunta es ¿Quiénes pagarán esas consecuencias?
El único sistema moral capaz de satisfacer las necesidades de unos a través de otros es el sistema de la libertad, sin interferencia de gobernantes o terceros, donde cada individuo motivado por su interés personal, egoísta, con afán de lucro, detecta las necesidades de sus semejantes y decide intercambiar bienes y servicios con otros, donde cada intercambio será con beneficio mutuo, el que vende tratará de beneficiar más a sus clientes para ser elegido por el comprador y así ganar más y el que compra buscará quien mejor llene sus expectativas según su personal necesidad al mejor precio para ahorrar más. El que vende competirá con otros oferentes, el que compra competirá con otros que demandan iguales bienes y servicios, todos tendrán el incentivo de beneficiarse.
Estas transacciones entre individuos se llaman mercado, entre más libre son, más beneficio habrá entre los participantes, más y mejores bienes se ofrecerán al mejor precio, los compradores demandará más y mejor. Entre más compradores –demandantes- atraerán a más vendedores –oferentes- la competencia entre todos es incesante, el beneficio sin quererlo se verá reflejada en la sociedad, aumentará su nivel de vida. Entre más libertad para emprender mayor será el beneficio. Algo especialmente importante es que cada uno, tanto el que ofrece como el que demanda, será cuidadoso en sus evaluaciones pues cualquier error lo pagará él mismo, nadie más. Todo esto se llama Capitalismo. En la medida que se ignore o se ataque el mercado, en esa medida se sufrirán las consecuencias.
En Cuba, los cubanos sufren desabastecimiento, culpan a la crisis mundial no a su sistema estatal socialista, no hay divisas en el mercado, las empresas del gobierno están colapsadas, no tienen alimentos ni papel higiénico, el sistema socialista dictatorial está agotado, llegó al final.
En Venezuela, sufren los venezolanos no así los gobernantes, Jesús Casique escribe en su artículo de El Independiente: “La inflación acumulada desde diciembre año 1998 – hasta julio año 2009 es del 655%, sin control de precios desde diciembre 2008 – hasta febrero 2003 es del 117%, y con control de precios febrero Año 2003 hasta julio año 2009 la inflación acumulada es del 247%. La inflación en productos importados enero 2009 – julio 2009 es del 24,4% y la inflación en productos nacionales enero 2009 – julio 2009 es del 12,4%, destacando que producto de la restricción en el otorgamiento de divisas vía CADIVI el sector productivo del país tiene la obligación de recurrir al mercado permuta “Swaps” para efectuar las importaciones de bienes…”
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