Leyendo el blog de mi amigo El Escéptico respecto del nuevo escándalo del cura Fernando Lugo además, presidente paraguayo, ¡escóndete m’ijita que allí viene el obispo, le escribí un comentario a través de un cuento, lo cual me inspiró a compartirlo con mis amigos.
El cuento es una transcripción libre de uno contenido en el “Decamerón”, de Giovanni Boccaccio.
El cuento:
“Dícese de un cura en un pueblo italiano, que en el confesionario detectaba el ardor del infierno de la jóvenes más bonitas del lugar -las bonitas eran apartadas por la providencia- y las citaba a un exorcismo pues la providencia las había enviado en misión divina para salvar sus almas, el cura eventualmente era poseído del demonio y ellas, las lindas chicas, tenían en su cuerpo un lugar para el castigo para cuando el demonio se manifestase. Cada vez que "ese" demonio se manifestaba en el cura, mandaba a llamar a alguna de las elegidas –previamente el cura se había encargado de instruirlas de cómo la providencia las había dotado en su cuerpo de un infierno especial para castigar al demonio- y ellas con la seriedad del privilegio de la misión divina abrían sus piernas, dejando expuesto el infierno para que el cura pudiera -con toda comodidad- meter "el demonio" y luego de una lucha sofocante para ambos, el demonio era derrotado, y el mal era vencido con el bien.
Cada vez que ésta manifestación demoníaca sucedía, el oportuno infierno se abría, y el demonio era "quemado".
¿No sería éste el caso del obispo Lugo? ¿Quizá tenía una misión superior que cumplir, tan superior como incomprendida?
2 comentarios:
Después de la lucha sofocante, no sería mas propio decir, en lugar de "el demonio era quemado"; el demonio era "fumigado" o "rociado".
Este es el escandalo de un cura "notorio", pero ¿y los miles de escandalos ocultos y apañados por la institución? Como el del cura de un pueblo, o de muchos pueblos, que después de embarazar a una niña recibe por unico castigo el traslado de parroquia.
He allí la tragedia de nuestros pueblos. La iglesia llegó para quedarse utilizando el poder de la espada y fue un instrumento político para el imperio español. Dominó el ámbito económico colonial y al inicio de la independencia por lo que la considero la principal razón de nuestro atraso económico. No contentos con eso, los curas ahora también se dedican a la cacería entre la feligresía, irresponsablemente procreando "sobrinos". ¡Tras el uso, el abuso!
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