Guatemala es una nación compuesta, en su mayoría, por ciudadanos responsables, emprendedores, creativos, alegres, hogareños, entre otras cualidades afirmativas. Los guatemaltecos una vez más estamos bajo ataque de los políticos gobernantes: aumentar impuestos, robarles legalmente a sus legítimos propietarios, los creadores de riqueza para transferirlo a políticos que lo despilfarrarán o se lo robarán. Suficiente no existe para gobernantes.
En medio de una dura crisis, pérdida de empleos, economía recesiva, cada padre de familia sufre, ante la incertidumbre de cómo llevará pan a la mesa ahora y en el futuro. Las personas que poseen negocios, pequeños y grandes, los que no han cerrado operaciones aún, sufren la presión de tomar decisiones del día ante los bajos ingresos y la responsabilidad de pagar sus costos de operación, acreedores, créditos y, entre estos lo más importante, los salarios de sus empleados, seres humanos que representan familias completas, el peor escenario: despedirlos.
El gobierno de Guatemala, cuyo slogan es: “El Gobierno de Álvaro Colom”, está orientado a la socialdemocracia, un socialismo conveniente. El discurso político para justificar el aumento sin fin de impuestos es, que los pobres tienen que ser sacados de la pobreza a través de programas sociales que manejan tantos fondos públicos como ningún otro ministerio, además sin mayor fiscalización, la esposa del presidente maneja dichos programas, los escándalos de corrupción ya se cuentan por mucho, llenan los titulares de prensa. El presidente Colom, entonces candidato presidencial, dijo que no aumentaría impuestos pues era cruel y la población estaba cansada de tanto impuesto, que no era necesario. Ahora en el cargo cambió de opinión, ¡que sorpresa!
El actual gobierno de Guatemala arguye tantas falacias como necesarias, Colom dice que en Guatemala "vergonzosamente" pagamos menos impuestos que el resto de Latinoamérica. Falso, el impuesto a la renta es de 31%, ISO 1% sobre ingresos brutos, 12% IVA, pagos al seguro social, legislación laboral costosa. Acá cerca del 20% de empresas e individuos recaudan y pagan el 80% de ingresos del gobierno vía impuestos vigentes. A este 20%, siempre le aumenta directamente impuestos, pues es políticamente correcto, el gobernante tendrá costos políticos bajos al culpar siempre a “empresarios egoístas”, porque disminuir impuestos y ampliar la base tributaria no sería manejable con el discurso político estatista de izquierda, es mejor atracar al 20% así el 80% sufrirán consecuencias no endosables a gobernantes, tales como baja competitividad global, bajos salarios, bajo poder adquisitivo, bajo nivel de inversión extranjera, el resultado es todo lo opuesto a lo esperado, economía débil y más pobres. Resultado: la economía informal está cerca del 80%, de momento.
La batalla se libra en los medios, en las calles manifestaciones de “apoyo” al gobernante bloqueando carreteras en el interior y el ingreso a la capital –una situación de terror-, en el congreso la sociedad civil ejerce presión, no obstante se escuchan rumores que se está “negociando” con diputados para que apoyen al aumento de impuestos. ¿Algo nuevo?
1 comentario:
Yo tambien pienso que somos el Gobierno de los pobres, ya que el Presidente hace grandezas de su gobierno e insiste en que los impuestos mejoraran la educacion.. y otras cosas que lastimosamente nunca sera para eso, todos los sabemos.
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