sábado, 5 de marzo de 2011

Querido Diario...


Desde hace algún tiempo he estado pensando en iniciar un diario, nunca he escrito uno, supongo que un diario se escribe para ser privado, donde se escriben los secretos más secretos de todos, asuntos personales que eventualmente nadie más que uno mismo se enterará; probablemente me serviría de catarsis en momentos de crisis personal, vaya si he tenido crisis personales, sería un lugar muy íntimo, donde al escribir, descargo el torrente de emociones que en un momento dado entraron en conflicto con mi lado racional al dejarme llevar por las emociones irracionales, que a pesar mío todavía aún se cuentan por montones.

Hay emociones racionales que deben de funcionar a mi favor, que luego de evaluar las premisas del curso de acción a tomar, de forma lógica de pensamiento, concluiría que sería la forma correcta de actuar, entonces la enviaría a mi nivel subconsciente de mi mente y estar preparada para entrar en acción al requerirlo. En la práctica debería ser sencillo, como: ¿Qué hábitos construir? ¿Qué comida debo de comer? ¿Qué cantidad? ¿Qué deberé responder ante tal situación? ¿Qué tipo de personas serán mis amigos? ¿Cuál es el perfil de la persona de la cual me enamoraría? ¿Lo correcto o incorrecto? ¿Creer en lo sobrenatural? ¿Qué religión? ¿Tengo que tener religión? ¿Qué libros leer? ¿Leer bien? ¿Qué filtros debo tener para evaluar la realidad? Uff!

Ya se me complicó todo. Si lo que quiero solamente es escribir un diario, tal vez empezaría diciendo: “querido diario”, muy cursi no? Pero por qué debería hablarle a mi diario? En realidad me estoy dirigiendo a mí mismo, hablando conmigo mismo o escribiendo acerca de mí. Creo que lo que busco es tener una especie de historia personal, una bitácora donde eventualmente pueda revisar cómo estaba emocionalmente en un momento dado y ver qué disparó tal o cual curso de acción y probablemente evaluar el proceso de pensamiento y mi toma de decisiones y mejorarlos, ahora se ve mejor no?

Leyendo a Don Quijote de la Mancha, se me antoja un diario en tercera persona, Interesante sería que todos tuvieran un diario, conoceríamos detalles de la vida de los personajes importantes de la historia y tal vez mientras vivieran gozarían su privacidad, derecho a no revelarlos, pero ya muertos se podrían desclasificar y poder tener acceso a ellos, con la salvedad que no existiera wikiLeaks. Conocer los procesos mentales que dirigieron sus pasos, cuáles fueron sus conflictos, cómo los resolvieron, qué los provocaron, cómo era su entorno, el marco económico, su contexto familiar, temores, amores, odios, etc.

Ya me convencí, empezaré mi diario. Ahora debo de encontrar la forma segura de mantenerlo en secreto…mientras viva.


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