jueves, 8 de julio de 2010

Coca-Cola, yo consumidor.


En el almuerzo de hoy me enfrenté a opciones para la escogencia de la bebida que degustaría, había agua, refresco natural, variedad de refrescos instantáneos muy novedosos, bebidas carbonatadas de varias marcas y sabores, al fin decidí, una deliciosa Coca-Cola, por supuesto en las rocas!!! Siempre he visto en COCA-COLA, como símbolo del mercado, del capitalismo, de éxito. Coca-Cola amada por la mayoría, odiada por los progres, aunque en sus delirios etílicos la acompañen con el ron favorito, cuidando no darle tinte político evitando llamarle “Cuba Libre”.

Al elegirla me acogí a mi escala de valores egoísta, buscando disminuir un estado menos satisfactorio por uno más satisfactorio, el sabor de Coca-Cola es inigualable, mi única preocupación fue mi satisfacción personal, no el vendedor.

Ludwig Von Mises dice: “En la sociedad de mercado corresponde a los empresarios la dirección de los asuntos económicos. Ordenan la producción. Son los pilotos que dirigen el navío. A primera vista, podría parecernos que son ellos los supremos árbitros. Pero no es así. Están sometidos incondicionalmente a las órdenes del capitán, el consumidor. Ni los empresarios ni los terratenientes ni los capitalistas deciden qué bienes deban ser producidos. Esto corresponde exclusivamente a los consumidores. Cuando el hombre de negocios no sigue, dócil y sumiso, las directrices que mediante los precios de mercado, el público le marca, sufre pérdidas patrimoniales; se arruina y acaba siendo relevado de aquella eminente posición que ocupaba al timón de la nave. Otras personas, más respetuosas con los mandatos de los consumidores, serán puestas en su lugar”

Salud!

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