Por razones personales, de seguridad ante amenazas de peligro inminente, decidimos con mi familia buscar un lugar más seguro para vivir, un lugar en los USA, el estado de Rhode Island en el corazón de Nueva Inglaterra, un bastión histórico en la búsqueda de libertad de otrora inmigrantes ingleses que llegaron a estas tierras por motivos parecidos a los míos, huyendo ante las amenazas a la libertad individual.
He viajado a este imponente país desde que tenía doce años, hasta hoy es mucho tiempo, de turista a buscar refugio créanme la diferencia es enorme, pesa. Aún la decisión se tome racionalmente no te inmuniza de extrañar a los que se convirtieron, poco a poco, en valores decisivos que ayudaron con sus contribuciones a moldear el pensamiento a través de la reflexión racional con el esfuerzo intelectual necesario. Se extraña todo.
No estoy solo en el tema, hace dos días teníamos antojo del rico atol de elote, bebida caliente de la cultura guatemalteca, nos subimos al carro recorriendo un trayecto de una media hora entre freeways y highways, hasta llegar al campo a una de tantas tiendas de verduras, legumbres y frutas cosechada allí, campos bellísimos por cierto, ahora con muchas calabazas.
Estando en la tienda, que elegimos casi al azar, al fondo en el área de descarga vi un grupo de trabajadores cuya apariencia me pareció familiar, me acerqué y casi de inmediato le hablé a uno de ellos, resultó eran guatemaltecos, campesinos originarios del altiplano, acá se les conoce como “quichelenses”. Me identifiqué rápidamente como paisano y las preguntas casi de rigor, ¿Por qué están en este país? ¿Cuánto hace que abandonaron Guatemala? ¿Piensa regresar? ¿Cómo les va?
Extrañan sus familias, amigos, la tierra, el clima, a pesar de todo no cambian su situación actual, trabajan exitosamente en lo que saben, cultivar la tierra, sus patrones americanos, propietarios de granjas familiares, aprecian ampliamente ese expertise, les pagan por ello, ahora son casi imprescindibles allí, no los imagino bloqueando highways manipulados por los activistas de izquierda. No viven con el temor a ser asesinados por el gobierno (ejército), la guerrilla, por bandas de cualquier tipo, la mayoría se han acogido a la ley de refugiados. En siguientes artículos ampliaré el tema, hasta pronto.
He viajado a este imponente país desde que tenía doce años, hasta hoy es mucho tiempo, de turista a buscar refugio créanme la diferencia es enorme, pesa. Aún la decisión se tome racionalmente no te inmuniza de extrañar a los que se convirtieron, poco a poco, en valores decisivos que ayudaron con sus contribuciones a moldear el pensamiento a través de la reflexión racional con el esfuerzo intelectual necesario. Se extraña todo.
No estoy solo en el tema, hace dos días teníamos antojo del rico atol de elote, bebida caliente de la cultura guatemalteca, nos subimos al carro recorriendo un trayecto de una media hora entre freeways y highways, hasta llegar al campo a una de tantas tiendas de verduras, legumbres y frutas cosechada allí, campos bellísimos por cierto, ahora con muchas calabazas.
Estando en la tienda, que elegimos casi al azar, al fondo en el área de descarga vi un grupo de trabajadores cuya apariencia me pareció familiar, me acerqué y casi de inmediato le hablé a uno de ellos, resultó eran guatemaltecos, campesinos originarios del altiplano, acá se les conoce como “quichelenses”. Me identifiqué rápidamente como paisano y las preguntas casi de rigor, ¿Por qué están en este país? ¿Cuánto hace que abandonaron Guatemala? ¿Piensa regresar? ¿Cómo les va?
Extrañan sus familias, amigos, la tierra, el clima, a pesar de todo no cambian su situación actual, trabajan exitosamente en lo que saben, cultivar la tierra, sus patrones americanos, propietarios de granjas familiares, aprecian ampliamente ese expertise, les pagan por ello, ahora son casi imprescindibles allí, no los imagino bloqueando highways manipulados por los activistas de izquierda. No viven con el temor a ser asesinados por el gobierno (ejército), la guerrilla, por bandas de cualquier tipo, la mayoría se han acogido a la ley de refugiados. En siguientes artículos ampliaré el tema, hasta pronto.